Desde el 18 de diciembre, día en que paralizó la minera Las Bambas, el Perú ha perdido US$90 millones en ingresos. Mientras este golpe económico lo afrontamos todos los peruanos, el presidente Pedro Castillo decidió irse de vacaciones navideñas a Cajamarca como si nada sucediera y a pesar que el conflicto en el Corredor Minero Sur, en la zona de Chumbivilcas - Cusco, podría volver a estallar en cualquier momento. Ello debido a que la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), lejos de avanzar en el diálogo, poco ha hecho para marcar la hoja de ruta de lo que será el encuentro del próximo jueves 30, en el que se espera llegar a un acuerdo que permita a la minera reactivar sus actividades.

Sin embargo, esto estaría lejos de ser realidad. El presidente del frente de defensa de Chumbivilcas, Wilber Fuentes, dijo a Perú21 que no ha recibido ningún detalle de la propuesta del viceministro de Gobernanza Territorial, Pablo Sánchez, quien en la última reunión del martes 21 planteó que todo el corredor sea declarado una “zona de tratamiento especial”.

“Desde la perspectiva de gobierno, con ese tratamiento especial se pueda cuidar el ambiente de impactos negativos, que las comunidades participen en los beneficios y en las cadenas de valor de la empresa”, indicó. Desde esa fecha, no hubo mayor información.

El asesor de las comunidades, Víctor Villa, explicó a este medio que no saben nada del tema y esa situación es “una preocupación porque fue un planteamiento muy general”.

“No sé con qué propuesta van a ir el 30, pero la premier debe estar preocupada. La vía está despejada pero solo preventivamente. No sé con quién llegará y tampoco tengo mucha esperanza en eso porque la premier va a querer demostrar que fue ella quien generó el desbloqueo, pero no hay reuniones previas ni nada. Plantearemos que tome en cuenta los dos primeros ejes”, dijo en referencia a lo explicado por el viceministro.

Grave precedente

El exministro de Energía y Minas, Carlos Herrera Descalzi, consideró que un elemento a tomar en cuenta en la postura de la premier Vásquez sobre el conflicto en Las Bambas es la actitud que tomó tras conocerse del atentado a mineras en Ayacucho, en donde se quemó un campamento con la permisividad del gobierno, pues es un precedente grave que se podría replicar en el corredor debido al comportamiento de los funcionarios que “están siendo muy tolerantes”, incluso con el beneplácito de Castillo, quien “aseguró a nivel internacional que iba a dar protección a la inversión privada, pero hoy no hace nada”.

“El Estado es un árbitro y tiene autoridad, pero ahora no hace cumplir lo que le corresponde y se está acostumbrando a ser un espectador. No hace nada, se queda de brazos cruzados y eso puede explotar”, agregó.

Fuente: Perú21