Chile y Perú lideraron la lista de países, junto con las demás jurisdicciones latinoamericanas y africanas, en las que la inversión en exploración minera se redujo sustancialmente en 2020, recordó Miguel Cardozo, segundo vicepresidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP) en una reciente columna.

A pesar de ello, Latinoamérica se mantuvo como el principal destino regional de inversión en exploración, con el 25% de la cifra global”, añadió.

En tanto, a nivel mundial, las cifras son diferentes y, según Cardozo, “pintan un desarrollo más positivo de la actividad exploratoria, a pesar de los inconvenientes causados por la pandemia durante el primer semestre del año anterior”.

La perforación en 2020 de más de 41,000 sondajes, en cerca de 1,100 proyectos, muestra un crecimiento anual de 5.3%, según un informe de S&P Global, citado por el representante del IIMP. Esta dinámica de inversión -acotó- estuvo acompañada por procesos de financiamiento agresivos, que llegaron a más que duplicar los montos reportados en 2019.

De los sondajes perforados el año anterior, el 78% estuvo dirigido a la búsqueda de oro, principalmente en minas en operación y proyectos avanzados. En cambio, la exploración grassroots recibió la menor porción histórica de los presupuestos, con tan solo el 24%, mientras que en la misma huella de las operaciones llegó a su valor más alto de todos los tiempos, con el 41% del total.

A juicio de Cardozo, se ha invertido menos y se descubre, por tanto, menos también: “La escasez de descubrimientos mayores de oro, cobre, níquel y zinc en los últimos 15 años permanece como una preocupación mayor relacionada a la declinante inversión futura en exploración temprana”. Pero la tendencia está cambiando.

En el ámbito global, las actividades exploratorias se han venido recuperando rápidamente de la disrupción por el COVID-19, y la capitalización bursátil de la industria minera subió en 85% entre marzo de ese año y enero de 2021.

“A partir de ahora y en los siguientes años, los productores mineros se mantendrán como líderes en exploración, mientras el oro, el cobre y el hierro tendrán un rendimiento mayor a medida que las economías se recuperan”, conjeturó. “Además, la creciente demanda por vehículos eléctricos pondrá presión en la demanda de níquel, litio y cobalto”. Cardozo sostiene que “tanto el sector minero, como el país en general, deberán estar preparados para obtener el mayor provecho de esta tendencia global de largo plazo”.

Fuente: Energiminas