Un discurso conciliador tuvo monseñor Miguel Cabrejos, Arzobispo de Trujillo, durante su participación en PERUMIN 35 Convención Minera. El prelado invocó a los diferentes sectores de la sociedad como Estado, empresas mineras y comunidades a tener un relacionamiento certero y accesible, con el objetivo de evitar los conflictos sociales en las zonas donde se desarrolla la actividad minera en el país.

“Los inversionistas aspiran cada vez más a poner sus fondos en el país y su acción no debe generar conflictos sociales, por eso se debe difundir información adecuada y relevante, certera y accesible, sobre todo en las zonas de influencia y la sociedad civil”, dijo el prelado durante su discurso.

“Para lograr esa transparencia es necesario el involucramiento de los sectores del Estado, quienes deben permitir prevenir los conflictos sociales ambientales con metodologías adecuadas. En este foro, se ha dicho con mucha razón que los peruanos necesitan mejor salud y educación, pero también que la minería, naturaleza y ser humano deben estar humanizados; y eso debe cumplirse”, agregó Monseñor Cabrejos.

El arzobispo indicó que han aprendido mucho en los procesos de transformación de conflictos. Según detalló, en los últimos años, intervinieron haciendo llamados al diálogo en los conflictos registrados en: Amazonas (Baguazo, 2009), Cusco (Majes Siguas II, 2010), Cajamarca (Conga, 2012) y en Apurimac (Corredor Minero del sur, 2019). “La iglesia está y estará siempre dispuesta a colaborar en la transformación de conflictos”, aseguró.

Monseñor Cabrejos espera que para el 2030 la industria minera en el Perú sea inclusiva, esté integrada social, ambiental y territorialmente en un marco de buena gobernanza y desarrollo sostenible, y que la actividad se haya consolidado como competitiva innovadora y que goza de la aprobación de toda la sociedad.

La Cumbre Minera que se inició el pasado 26 de septiembre en la Ciudad Blanca, cerró el desarrollo de sus ponencias de esta edición con la participación de Arzobispo de Trujillo.