En su reciente participación en el Jueves Minero, organizado por el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), el docente e investigador de la Pontificia Universidad Católica del Perú planteó tres claves para que nuestro país se recupere de la depresión económica causada por el Covid-19.

Restablecer la solidez de las finanzas públicas

En primer lugar, el economista explicó que para retornar al crecimiento sostenido de 3 a 4% al año que teníamos una condición necesaria es restablecer la solidez de nuestras finanzas públicas, ya que ello abaratará las tasas de interés de la deuda pública, tanto en soles como en dólares.

“Ello significa, por ejemplo, que en 1990 el Perú pagaba 9% del PBI como intereses de la deuda pública. Es decir, utilizábamos el doble de lo que representa actualmente la inversión pública (alrededor del 4.5% del PBI). En el 2019 solo pagamos 1.2% de interés”, indicó.

La deuda pública subirá muy fuerte este 2020 debido a los gastos en salud, educación y en estabilizar la economía, por lo que el gobierno de turno deberá hacer los esfuerzos necesarios para reducirla en los siguientes años. 

Activar las potencialidades dormidas

En segundo lugar, Waldo Mendoza indicó que Perú deberá poner en marcha la cartera de proyectos mineros valorizada en alrededor de US$ 57.8 mil millones (48 emprendimientos mineros), y los proyectos de irrigación como Chavimochic III (La Libertad) y Majes Siguas II (Arequipa).

“Felizmente tenemos un stock grande de proyectos de inversión tanto de infraestructura como en la minería, que se pueden activar en especial en proyectos de irrigación (Chavimochic III y Majes Siguas II), que serían un potente impulsor de nuestra agroindustria”, apuntó.

Tenemos también tenemos megaproyectos de inversión en el sector transportes (la Línea 2 y Ramal Faucett-Gambeta, la Ampliación del Aeropuerto Jorge Chávez y el Terminal portuario multipropósito de Chancay).

Generar nuevos motores

Finalmente, el experto recomendó buscar otros motores de crecimiento económico como lo son actualmente la minería y la agroindustria, que tuvieron un impulso desde los noventa y principios de este siglo respectivamente. Uno de estos catalizadores podría ser la industria forestal, mencionó.

“Deberíamos buscar un nuevo motor de crecimiento que cumpla los requisitos de tener una enorme potencialidad, y un mercado internacional garantizado. Porque cuando uno apoya la producción para el mercado doméstico, suele pasar que la producción crece y los precios se cae”, afirmó.

En el caso de la minería, las políticas de los noventa explican en buena medida los resultados observados: el valor de las exportaciones de 2019 es 18 veces más alta que la de 1990, y el volumen es 8 veces mayor.

En el caso de la agro exportación, las políticas de principios de este siglo explican que las exportaciones de productos agropecuarios no tradicionales sea hoy 16 veces del nivel de 2000.