Libro: Desarrollo territorial y minería

110 Desarrollo territorial y minería y catalizando los potenciales de cada territorio, y también articulándolos con entornos más grandes y urbanizados, para generar nuevas oportunidades de desarrollo. Como se muestra en la Figura 2, el desarrollo territorial parte desde el territorio y sus oportunidades con vocación inclusiva, que exige una aproximación multidimensional, multiactor y multiescalar. Desde su concepto, el desarrollo territorial solo es posible si se conciben políticas con enfoque territorial, diferenciadas en cada caso por las condiciones sociales, institucionales, económicas e incluso geográÀcas del territorio; orientadas a fortalecer su autonomía y capacidades, y a aprovechar su potencial vinculado a su entorno. Así, las políticas de desarrollo territorial entienden al territorio desde sus particularidades, sin ensayar soluciones únicas o estandarizadas y cortando con viejas narrativas como, por ejemplo, asociar la identidad del desarrollo rural a la agricultura, promocionar el empleo a través de relaciones de dependencia con la empresa minera o, yendo un poco más allá, limitar las acciones o estrategias al impacto o al tiempo que duren las operaciones mineras en el lugar. En ese sentido, entiende la competitividad como un fenómeno sistémico, fundado y asociado a las características del entorno, y no como un atributo de las empresas que operan en el lugar. Se trata, en suma, de una mirada global que persigue la disminución de las desigualdades territoriales entre los territorios y dentro de cada territorio, garantizando “el ejercicio de la ciudadanía y el derecho al desarrollo del individuo, independientemente de donde nazca o resida” (Comisión Económica para América Latina y el Caribe [CEPAL], 2019, p. 15). De hecho, “la igualdad y la sostenibilidad son los criterios y las condiciones generales a partir de los cuales se garantiza el desarrollo territorial” (CEPAL, 2019, p. 25).

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