144 Desarrollo territorial y minería y qué liderazgos existen o qué actores podrían asumir un rol de liderazgo. ¿Cuál el estado de su capital social? ¿Es una oportunidad o un desafío? O yendo incluso más lejos: ¿qué podría motivar a los principales actores del territorio a formar parte de un espacio multiactor y construir una visión compartida de desarrollo que, además, requerirá de su compromiso y participación sostenida para materializar esa visión? En realidad, esta fase es muy similar a la que conducen los mineros para reconocer las propiedades geotécnicas básicas de los suelos: la distribución granulométrica, plasticidad, esfuerzo efectivo, consolidación y los parámetros de resistencia al cortante, antes de iniciar cualquier diseño y construcción de infraestructuras. 2.1.1 DeÀnir el territorio con el cual estamos comprometidos En un enfoque de desarrollo territorial, el concepto de territorio se aleja forzosamente de su deÀnición con base exclusiva en las circunscripciones político-administrativas estatales. En parte porque, en sus inicios, esas delimitaciones no consideraron variables objetivas, de unidad social, cultural o física, o de base demográÀca y económica. La consecuencia es evidente: departamentos como Cajamarca o Ayacucho viven desarticulados entre sus zonas norte y sur, mientras que, en otros casos, como Arequipa o La Libertad, los ámbitos costeros y altoandinos presentan oportunidades de desarrollo absolutamente asimétricas. Es la historia también de centenas de distritos rurales con condiciones muy discordantes con sus vecinos: pequeños, con escasa población, sin bases económicas y de infraestructura elementales para poder desarrollarse autónomamente. También ocurre la situación contraria: ámbitos territoriales con realidades y desafíos compartidos que, sin embargo, son parte de circunscripciones político-administrativas estatales diferentes. El Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM), por ejemplo,
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