163 IV. Planteamiento vigente, puede encontrarse una serie de instrumentos de participación ciudadana y diálogo territorial que no están vinculados al manejo de conÁictos sociales. Estos van desde espacios centrales, como los consejos de coordinación regional y local, y múltiples consejos temáticos, como los de educación, salud, gestión de riesgos, espacios de coordinación con distintos gremios productivos; hasta otros mecanismos de participación y consulta de escala comunal y barrial (asambleas comunales, juntas vecinales, etc.). También existen espacios que pudieron surgir a causa de circunstancias concretas, por especiÀcidades locales u otros procesos, como mesas de concertación, federaciones, frentes o comités, que —dependiendo de su nivel de maduración— pueden ser usados como escenarios de negociación o encuentro entre los distintos actores. En realidad, siempre es idóneo que el diálogo territorial se apoye en espacios ya existentes, articulando a los que presentan mayor potencial para debatir y deÀnir las prioridades del desarrollo territorial. Las circunstancias, como es evidente, variarán según el territorio, la solidez y el nivel de representación de este tipo de espacios. Puede ocurrir, por ejemplo, que los existentes no incluyan a los actores más relevantes y, por tanto, sea necesario ajustar la normativa de esos espacios o crear uno nuevo. También es muy probable que, cuando se trate de un ámbito territorial que engloba más de una circunscripción, como un corredor económico o un espacio de cuenca, no existan espacios de participación multiactor preestablecidos o normados, y que los actores claves deban conformar por iniciativa propia uno o más mecanismos de diálogo. Estos espacios de diálogo son un factor clave en la construcción de gobernanza territorial. Es un puente entre los actores, un medio para reconocer sus puntos de vista, las
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