Libro: Desarrollo territorial y minería

181 IV. Planteamiento atraer o convencer a otras fuentes de Ànanciamiento o provisión de capacidades, que pueden resultar claves para la ejecución de la agenda o para adoptar, en un mediano plazo, objetivos incluso más ambiciosos. Así, a pesar de que la estrategia de desarrollo sea de muy largo aliento, es indispensable mostrar resultados progresivos y medibles en cada fase de la ejecución, para aÀanzar el compromiso, empoderar a las coaliciones de actores y apostar por mayores fuentes de apoyo. e. Aprender, evaluar y rendir cuentas El aprendizaje sobre los aciertos y desaciertos de la agenda, y sus mejores resultados, apuntala su eÀcacia. La evaluación de los resultados, el cumplimiento de los objetivos y el porcentaje avanzado en la ejecución en determinado plazo ayuda a perfeccionar las acciones futuras y, también, a modiÀcar o corregir posibles errores sobre la marcha. Pero, además, favorece la transparencia porque genera información concreta, con resultados claros, que puede ser difundida entre los actores involucrados y a la sociedad en general. Al mismo tiempo, reaÀrma y robustece el compromiso de los actores con la estrategia. En síntesis, todos ganan. Para implementar esta cultura de seguimiento y aprendizaje, es preciso trabajar en varios planos de gestión de información y, paralelamente, de construcción de institucionalidad. Primero, a través de una recopilación del conocimiento acumulado en el territorio, que identiÀque sus distintos potenciales y descarte, a su vez, los lugares comunes y los caminos infructuosos en las opciones de desarrollo aplicadas en ese territorio u otros. En otras palabras, se trata de un estudio multidimensional, previo al diseño de la agenda de desarrollo, que comprenda el

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