Libro: Desarrollo territorial y minería

185 IV. Planteamiento así como contribuir a la formación de liderazgos y el fortalecimiento de la ciudadanía activa en los territorios. g. Articular acciones del aparato público En 2016, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en un estudio publicado sobre gobernanza pública en el Perú, fue rotunda al señalar como una deÀciencia del país a “su capacidad para coordinar eÀcazmente las políticas públicas”. No es para menos. Los ministerios y sus numerosas instituciones adscritas suelen ser muy reacios a desplegar acciones o intervenciones en territorios en función de objetivos planteados por otras organizaciones. En la construcción de un espacio multiactor, el actor más difícil de articular entre sus propios componentes es el sector público y su extensa organización, sea por sectores o por niveles de gobierno. Sin embargo, para el desarrollo territorial, es fundamental la coordinación multisectorial y la intergubernamental entre los tres niveles de gobierno, nacional, regional y local, para poder alinear objetivos, planes y presupuestos entre los distintos sectores y niveles de gobierno. Una primera acción para responder a este tremendo desafío es fortalecer las capacidades de negociación y agencia del territorio. La forma de hacerlo es, justamente, demostrando la consistencia de la estrategia de desarrollo territorial. Así se aÀanzará la alianza y el compromiso de los diversos actores que respaldan esa estrategia, como el gobierno territorial, el sector privado mayor y las principales organizaciones sociales. Incluso, mientras más vasto sea el territorio que cumpla con esas condiciones, más se reforzarán esas capacidades en sus agentes. Aunque también, más retador será construirlas y consolidarlas. Pero todo esto no reemplaza otro de los grandes retos del Estado: plantear cambios sustantivos para mejorar la

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