Libro: Desarrollo territorial y minería

189 IV. Planteamiento 3.2 Comportamiento actual de los actores a. La empresa minera Sin duda, las empresas mineras suelen demostrar su compromiso con el bienestar de las zonas donde ocurren sus operaciones. Son varias las acciones o políticas que despliegan para contribuir al empleo local y el desarrollo de proveedores, además de invertir en formar o fortalecer capacidades locales. Igualmente, para cumplir con los requisitos ambientales regulados por las diversas entidades Àscalizadoras existentes en el país. A todo esto, además, hay que sumarle el dinero recaudado por sus impuestos, que regresa a modo de canon, regalías y hasta obras por impuestos al territorio donde están instaladas sus operaciones. Sin embargo, en las últimas décadas, el alcance de una tecnología cada vez más soÀsticada ha cambiado la forma de operar de la minería e, inevitablemente, también su modo de relacionarse con el entorno. La minería tradicional empujaba a los gerentes, otros altos cargos y demás trabajadores especializados de la empresa a asentarse en el mismo territorio de las operaciones y generar lazos orgánicos y propios de una convivencia con los ciudadanos locales: eran vecinos, participaban de las mismas Àestas, enviaban a sus hijos a estudiar al mismo colegio o compraban en el mismo mercado. La industria moderna, por el contrario, suele aislar a los altos cargos y trabajadores mineros en sus campamentos. La mayoría de su personal ya no vive en el mismo territorio, sino que viaja sucesivamente y muy rara vez comparte espacios con las comunidades locales. Además, la misma normativa nacional limita su involucramiento: al circunscribirse los estándares normativos a los impactos o daños de sus operaciones en el entorno, se desincentiva la necesidad

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