Libro: Desarrollo territorial y minería

216 Desarrollo territorial y minería los actores desde su posición hacia la empresa y en términos de negociación, sino de comprenderlos, reconocer sus intenciones y demandas, y, con esa base, resaltar las áreas de acuerdo, consenso, sobre las cuales se puede sostener una relación de colaboración. Territorios con liderazgos que valoren la colaboración, la construcción de sinergias, promuevan la inclusión y la integridad, son territorios con relaciones positivas, pacíÀcas y de mayor cohesión social, que abren oportunidades de acción compartida. d. Promover el fortalecimiento de las capacidades para la acción colectiva y construir una aspiración compartida para el territorio. Priorizar el capital social como mecanismo para el fomento de la corresponsabilidad, y no solo la participación ciudadana informativa de los planes operativos mineros. Los objetivos territoriales deben estar basados en la relación con actores e instituciones territoriales, con los cuales se ha de discutir qué se quiere y se puede lograr con una mirada de proceso permanente, y sobre ello identiÀcar prioridades y roles para la consecución de los mismos. Estas prioridades y roles deben expresarse en instrumentos más concretos que los planes de desarrollo concertado, en efectivas agendas concertadas de desarrollo territorial, que establezcan claramente las prioridades de desarrollo que los principales actores del territorio respaldan. e. En un marco de fortalecimiento de las capacidades colectivas, el ejercicio de la participación ciudadana en favor del desarrollo territorial se extiende a los mecanismos de participación ciudadana vinculados a industrias extractivas. De esta manera, la inversión privada minera no debería ser una actividad aislada, solo con objetivos sectoriales, especíÀcos al proceso de un EIA, sino articularse a los espacios de diálogo y concertación normados en el ámbito regional y municipal, y/o promovidos por distintos agentes del gobierno nacional,

RkJQdWJsaXNoZXIy MTM0Mzk2