Libro: Desarrollo territorial y minería

217 V. Propuestas como parte de una cultura participativa —y sus espacios para desarrollarse—, con el Àn de dialogar y concertar sobre objetivos y prioridades de desarrollo territorial, y sobre cómo la minería —y otras actividades económicas— se involucran en este. La inversión privada y la pública son fundamentales, ambas, para el desarrollo territorial. f. Generar espacios de diálogo y escucha con terceros para nutrir la mirada territorial con nuevas miradas (no solo mineras). Abrir intercambios con otros actores —económicos, políticos, sociales, académicos— externos, públicos y privados, que puedan sumarse al desafío de contribuir al desarrollo territorial y a la gobernanza del territorio. Experiencias como las de Moquegua Crece1 que deriva de una construcción de visión compartida con el impulso de RIMAY (MINEM, 2021), es un claro ejemplo de la potencia de este tipo de esfuerzos. g. Reorientar sus recursos de inversión social en función de las prioridades de la agenda concertada de desarrollo territorial en las escalas territoriales que aplique. Todas las empresas emplean directamente determinados recursos propios en proyectos de desarrollo social en su área de inÁuencia. El objetivo es que esos recursos sean dirigidos a apoyar la concreción de la agenda concertada de desarrollo, usándolos incluso como acicate para que los recursos públicos del territorio también sean destinados a las prioridades de esa agenda. Además, es importante usar el capital de relacionamiento y agencia de la empresa para canalizar recursos y capacidades del gobierno nacional, la cooperación internacional donde sea posible, y la academia hacia esas prioridades adoptadas por el territorio. 1 Véase su página en LinkedIn: https://www.linkedin.com/company/ moqueguacrece/

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