218 Desarrollo territorial y minería De hecho, en esa misma línea, es importante revisar la cartera actual de acciones de la empresa en el territorio para repriorizarlas, a Àn de contribuir a lograr avances en ambos ejes del desarrollo territorial: economía y bienestar (diversiÀcación, articulación con mercados, productividad, condiciones materiales de vida, etc.), y cohesión social y fortalecimiento de instituciones. h. Más allá de ello, frente a las limitaciones de ejecución que, en general, muestra el sector público, atrapado en sus vicisitudes administrativas, las empresas pueden apoyar en mejorar la eÀcacia de ejecución de los proyectos de desarrollo priorizados en las distintas escalas territoriales con las que deÀnan relacionarse. Ya varias empresas han dado pasos usando el mecanismo de obras por impuestos (OxI); y están por explorarse las posibilidades de impulsar formas de alianzas público-privadas (APP) para la expansión y mejoramiento de servicios públicos en ámbitos mineros. No obstante, más allá de ello, están conÀgurándose otros mecanismos que, individualmente o articulados entre sí, abren oportunidades para que las empresas mineras apoyen más activamente la concreción de prioridades de desarrollo territorial en sus ámbitos de operación. Por ejemplo, ayudar en la implementación de capacidades de gestión de proyectos de inversión pública (PMO); abrir la posibilidad de concebir agrupaciones de proyectos con objetivos multisectoriales de desarrollo territorial, como ha hecho el MEF con la publicación de los Lineamientos generales para la formulación y evaluación de Programas de Inversión (PROG); o apoyar la consolidación de las agencias regionales de desarrollo (ARD), que ha venido impulsando la Presidencia del Consejo de Ministros como plataformas multiactor para impulsar el desarrollo económico y la competitividad regionales.
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