Libro: Desarrollo territorial y minería

38 Desarrollo territorial y minería Ante esos escenarios, la empresa privada también ha puesto en marcha sus propias estrategias para mejorar las condiciones de vida en los territorios. Muchas veces, desplegando oportunidades de emprendimiento o alternativas de empleo que, si bien generan nuevas fuentes de ingreso, suelen Àjarse en alguna parte de la órbita de la propia actividad minera, como una pieza de su cadena de valor, reforzando la relación de dependencia entre comunidad y compañía, y con contadas experiencias de éxito. Más recientemente, otras empresas mineras, sin embargo, han extendido sus políticas de promoción de desarrollo a tres dimensiones: ambiental, social y de gobernanza. El enfoque ASG no solo refuerza los actuales compromisos con el ambiente natural y social donde opera la compañía, y con el desarrollo social de las comunidades de ese territorio, sino que a su vez la moviliza a mejorar su gobierno corporativo y, en interpretaciones más amplias, también a asumir un rol de gestión fuera de sus propios muros, para prevenir y solucionar los efectos o daños potenciales que pueden generar sus operaciones en sus trabajadores y las comunidades aledañas. Un paradigma, sin duda, más completo, pero que sigue asumiendo una forma limitada (y limitante) de relacionarse con el entorno: según el impacto generado por la empresa y los riesgos que esto implica para ella. En este contexto, es preciso ampliar la perspectiva. Entender la gobernanza, ya no solo desde una cultura de prevención de daños o potenciales impactos, sino desde una mirada más completa y a largo plazo, de construcción de relaciones de cooperación entre actores que inevitablemente convivirán en el territorio durante décadas: gobiernos descentralizados, sociedades territoriales y empresas mineras, para fortalecer el capital social, identiÀcar las diversas potencialidades económicas, sociales y culturales, o para acompañar al Estado en el desafío de cumplir con sus compromisos de cierre de brechas y el desarrollo humano. Todo esto en un escenario donde la empresa asume un rol catalizador por su ventaja, frente al resto de actores del territorio, en cuanto a recursos

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