45 I. Diagnóstico de las poblaciones en los permisos medioambientales no han remediado ni reducido las tensiones. La realidad, en ese sentido, ha demostrado ser mucho más compleja. Parte de la explicación, sin embargo, podría esconderse en las expectativas no satisfechas de las poblaciones de los distritos mineros frente a una promesa de desarrollo que no ha resultado ser lo que se esperaba. Prueba de ello es que los montos transferidos a los municipios mineros no aseguran necesariamente mejoras en desarrollo humano o disminución de la pobreza, especialmente frente a sus vecinos no mineros. En un estudio comparativo entre la evolución del desarrollo relativo de cada distrito minero y los demás distritos de su provincia, lo que encontramos fue una sustantiva heterogeneidad de trayectorias, potenciada por las situaciones iniciales, los procesos y puntos de llegada de cada distrito, que imposibilita la tarea de generalizar o identiÀcar el peso que tiene en la trayectoria el ser un distrito minero. Nuestro estudio, de esta forma, demuestra que los grandes recursos recibidos por canon y regalías en los distritos mineros no han logrado materializarse en cierre de brechas y desarrollo relativo. No como se esperaba. Tampoco es posible trazar una relación determinante entre el progreso de los distritos, su crecimiento económico y la disminución de la desigualdad, con el hecho de ser mineros. Sin duda, esto demuestra la necesidad de cambiar de enfoque en el propósito de concebir una estrategia efectiva de desarrollo en estos territorios. Como ya adelantamos, este modelo debería comprometer a los actores del territorio, esto es, a la población, la empresa minera y los gobiernos en una visión compartida de desarrollo. Cabe decir que esto no acabará con los conÁictos, sino que ayudará a abordarlos mejor y canalizarlos en otros términos.
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