61 I. Diagnóstico asumidos. De esta manera, el MINEM podría efectuar un mejor seguimiento de los compromisos sociales adoptados. En síntesis, con un marco limitado en su enfoque, las obligaciones sociales terminan materializándose en proyectos pequeños y poco articulados, o iniciativas a cargo de organismos no gubernamentales (ONG) que se repiten en varios lugares sin pensar en las potencialidades diferenciadas de cada territorio. De esta forma, el énfasis enérgico en lo ambiental, entendido como medio biofísico natural, termina relegando lo social, perdiendo de vista que ambos campos suelen retroalimentarse, inÁuenciarse y redeÀnirse, y provocando un sesgo inicial, de base, al momento de acercarse a un territorio, al tratar de entender e identiÀcar cuáles son sus límites y qué comunidades lo habitan. Esto se traduce, con mucha probabilidad, en inversiones sociales aisladas entre sí, sin resultados efectivos a mediano plazo que aporten a un mayor desarrollo relativo de los ámbitos mineros. 2.3 Las mesas de diálogo: soluciones a corto plazo y acuerdos incumplidos En general, es difícil garantizar las condiciones para que se produzca una dinámica de diálogo cuando los actores han vivido desconectados entre sí. En el caso de la empresa, se ha recluido tras sus muros y limitado su relación con la población, y en cuanto al Estado, por su ausencia en determinados territorios y su deÀciente gestión de la inversión pública, y también por la rotación de sus autoridades locales y funcionarios públicos. Por su parte, las comunidades están hartas de constatar que, a pesar de que hay más recursos, sus vidas no necesariamente han mejorado. O no lo suÀciente. Pero, a su vez, tampoco han comprendido la gran oportunidad que supone la presencia de una empresa con grandes capacidades y recursos por capitalizar para el desarrollo en su territorio.
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