63 I. Diagnóstico y ejecución, y algunas veces tampoco resultan viables por aspectos de competencia o presupuesto, las actas se archivan y siguen acumulándose, saturando la capacidad de seguimiento y coordinación de la Secretaría de Gestión Social y Diálogo. El Estado pierde representatividad y autoridad, y lo mismo ocurre con sus promesas o medidas para abordar los reclamos. La institucionalidad se ve comprometida. Las probabilidades de que el conÁicto resurja, esta vez de manera más violenta, son casi seguras. La protesta es deslegitimada por la presencia de actos violentos premeditados y agitadores profesionales que desÀguran los reclamos en mecanismos de extorsión y delincuencia. En suma, las formas de negociación se precarizan y las propuestas de desarrollo son reemplazadas por intercambios cada vez más transaccionales y de intereses individuales. 3. DESARROLLO RELATIVO EN LOS DISTRITOS MINEROS Son varios los estudios que han intentado identiÀcar cuál es el impacto de la minería en el índice de desarrollo humano (IDH) y la reducción de pobreza y desigualdad en el Perú. En su momento, Gallegos y Vásquez (2023) detectaron un aumento de seis puntos, en promedio, en el desarrollo humano de los distritos mineros entre 2007 y 2017. En la misma línea, Loayza y Rigolini (2016) identiÀcaron que la tasa de pobreza se redujo en casi un 3 %, mientras que la desigualdad aumentó ligeramente por la inmigración de fuerza laboral técnica y profesional a los yacimientos mineros. La mayor parte de los estudios compara la muestra de distritos mineros con los demás distritos del país en un panorama general que, si bien puede ofrecer una mirada aproximativa, no se concentra en los entornos alrededor de los distritos mineros. Es decir, en una comparación con los distritos de la misma provincia en los que no hay presencia de industria minera. O
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