Estrategias para reconstruir el país

Estrategias para reconstruir el país •17• En esos términos, el modelo del velero sería el modelo de desarrollo, pues este es como la máquina del velero, el conjunto de rasgos estructurales de una economía. El piloto vendría representado por los que manejan el rumbo de nuestra economía: quienes están a cargo de la política económica y quienes están a cargo de los ministerios vinculados al capital humano del país. La base de las políticas son las macroeconómicas: la fiscal, a cargo de los ministerios de economía y finanzas; y la monetaria, responsabilidad de los bancos centrales. Tener buenas políticas macroeconómicas es como poner el velero en manos de un piloto calificado. Pero para el destino de largo plazo de un país importan también las políticas asociadas a elevar el stock de capital humano de la economía, la salud y la educación. ¿Y la dirección y la velocidad de los vientos; y si la mar está movida o no? Como somos pequeños y, además abiertos, estas variables exógenas, no controlables, son esencialmente, las de la economía mundial. ¿Qué podemos hacer para impedir que suba la tasa de interés internacional? ¿Qué hacer para que el precio del cobre no descienda? Nada. Son variables fuera de nuestro control, como el ciclo de las mareas para el velero en alta mar. Sin embargo, como el piloto experto del velero que puede enfrentar bien a las turbulencias del mar, o anticipar su presencia, los pilotos de nuestra economía, los que manejan la política macroeconómica, deben ser también capaces de enfrentar las turbulencias de la economía mundial y, mejor aun, en la medida de lo posible, predecirlas. En consecuencia, como el velero que requiere de una buena máquina para llegar a tiempo a su destino, de un buen piloto y suerte con las condiciones climáticas; en la economía se necesita también de un buen modelo de desarrollo, buenas políticas macroeconómicas y suerte con las condiciones internacionales. Un buen modelo de desarrollo debe ser aquel que ha probado ser exitoso en la historia, que ha promovido el progreso de las naciones. Los conductores de la política macroeconómica deben ser eruditos en las mejores prácticas internacionales, tener amplia experiencia y saber cómo actuar en situaciones extremas, por ejemplo, cuando los capitales salen repentinamente de un país. La misma competencia deben tener los encargados de los ministerios encargados de elevar nuestro capital humano. El camino al progreso requiere también de un poco de buena suerte. Los precios de nuestros minerales pueden estar altos (buena suerte) o bajos (mala suerte). La tasa de interés internacional puede estar alta (mala suerte) o baja (buena suerte).

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