Gran recesión y crisis sanitaria: Las huellas de la COVID-19 •18• La diferencia con la analogía del velero es que, cuando se produce un resultado económico, bueno o malo, es muy difícil identificar a los responsables. Un buen desempeño económico puede deberse, por ejemplo, a excelentes condiciones internacionales, un modelo de desarrollo solo regular y políticas macroeconómicas mediocres. O quizá, incluso en malas condiciones internacionales, la calidad del modelo y de las políticas macroeconómicas permite alcanzar un buen resultado económico. En cualquier caso, un buen modelo de desarrollo, buenas políticas macroeconómicas y un poco de buena suerte son los ingredientes esenciales del buen desempeño económico que, si es prolongado y sostenible, conduce a la prosperidad y la riqueza de las naciones. Considerando este marco de análisis, ¿cómo se ha desempeñado el Perú en las últimas tres décadas? La economía peruana ha tenido un desempeño macroeconómico extraordinario en ese período. Nuestro nivel de vida del 2019, medido por el PBI por persona, fue el doble del nivel del 2000, y fue 2.5 más alto que el de 1990. En una perspectiva de largo plazo, el crecimiento del PBI por persona en la última década ha sido el más vigoroso desde 1900. Como resultado, la pobreza, que afectaba a 6 de cada 10 peruanos en el 2004, afectaba en el 2019 a solo 2 de cada 10. Además, en comparación con los vecinos de América Latina y el Caribe (ALC), en el último cuarto de siglo, el crecimiento del PBI peruano ha sido el tercero más alto en la región, superado solo por Panamá y República Dominicana, respectivamente. Estas son las razones por las que en los círculos internacionales se habló del “milagro peruano”. Sin embargo, ese milagro peruano debe ser juzgado desde una perspectiva más amplia. En primer lugar, estos resultados se han alcanzado en un contexto internacional extraordinariamente bueno, no replicable en el futuro inmediato. Nunca antes, a pesar de la crisis internacional del 2008-2009, nuestros términos de intercambio (la relación entre el precio de nuestras exportaciones y nuestras importaciones) crecieron tanto, y jamás la tasa de interés internacional estuvo tan baja e ingresaron tantos capitales a nuestro país. La buena suerte, entonces, explica en buena medida nuestros buenos resultados económicos.
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