Gran recesión y crisis sanitaria: Las huellas de la COVID-19 •202• el Perú, por otro lado, lo sitúa en el promedio latinoamericano, mientras que en el 2008 la brecha, respecto al promedio de ALC, fue de +9 puntos porcentuales. No obstante, de acuerdo con la OMS, con miras a favorecer la cobertura universal de servicios de salud esenciales, el gasto de bolsillo debe alcanzar como máximo el 20 por ciento del gasto total en salud. Si bien el incremento en la afiliación podría considerarse como un factor favorable a la reducción sostenida de este indicador en los siguientes años, el estudio de Petrera (2018b) muestra que ningún seguro cubrió a más del 44 por ciento de quienes reportaron tener problemas de salud entre sus afiliados; razón por la cual tuvieron que acudir a prestadores fuera de su cobertura o directamente a la farmacia. Entre las principales causas de esa decisión se listan: las colas de espera, los copagos elevados y la cuestionada calidad del prestador de servicios incluido en su respectivo plan. EL GASTO AGREGADO EN SALUD Un elemento importante para evaluar la capacidad de nuestro sistema de salud es el financiamiento que se le asigna, tanto en su evolución a lo largo del tiempo, como su estado actual, desde una perspectiva comparada. En el gráfico 76 se aprecia una ligera elevación en los últimos años del gasto del Gobierno general en salud como porcentaje del PBI, hasta alcanzar en el 2017 el 3.2 por ciento del PBI. A pesar de esta elevación, como se observa en el gráfico 77, en el contexto de ALC, este indicador está bastante por debajo del promedio de la región. Los cuatro países con mayor gasto público en salud, como porcentaje del PBI en el 2017, se encuentran ahora entre los países que han logrado controlar mejor la pandemia en la región. Una forma complementaria de evaluar la prioridad otorgada por el Gobierno, al gasto en salud, es identificando su participación en el gasto público total. Como se aprecia en el gráfico 78, en el Perú esta participación creció en los últimos años, hasta alcanzar la cifra de 15 por ciento. Esta variable, así como el porcentaje del gasto público como proporción del gasto total en salud, mostradas en los gráficos 79 y 80, están en el promedio de la región. Un indicador más preciso de la cobertura sanitaria de los ciudadanos es el gasto anual por persona. En el gráfico 81 se muestra cómo el gasto per cápita en dólares en nuestro país casi se cuadriplicó entre el 2000 y el 2017, lo que elevó
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