Estrategias para reconstruir el país

Gran recesión y crisis sanitaria: Las huellas de la COVID-19 •244• Simultáneamente, y al margen de si hay un rebrote, se deberá poner en marcha otras medidas. En primer lugar, un conjunto de medidas, que deberá constituir la prioridad, será la distribución oportuna y suficiente de equipos de protección personal a los profesionales médicos, pero que deberá extenderse al personal de la policía, de las Fuerzas Armadas y al personal encargado de la limpieza de los espacios públicos, en el entendido que el cumplimiento de su labor pública pone inevitablemente en riesgo su seguridad al incrementar su vulnerabilidad al contagio. Esta medida deberá ir acompañada con una mejora sustantiva en sus condiciones laborales, que implique no solo la regularización de contratos de modo que el pago oportuno de sus remuneraciones esté garantizado, sino que además se deberá dar continuidad a los bonos extraordinarios (o crearlos en el caso del personal de limpieza) y asegurar la provisión de seguros de vida. En segundo lugar, se requerirá contar con un mecanismo que facilite la sistematización de la experiencia del personal de salud en la lucha contra la pandemia a fin de que no se repliquen los mismos errores y se alcance una estrategia más eficaz de manejo de la pandemia. Esta sistematización deberá ir de la mano con una verdadera disposición a adoptar las prácticas que a nivel nacional e internacional han logrado ser más efectivas, aunque ello implique poner en desuso medicamentos y pruebas que fueron comprados masivamente. Igualmente, desarrollar una estrategia agresiva para contrarrestar las campañas de desinformación que circulan en las redes y diferentes medios y que alientan el consumo de “remedios” que no cuentan con ningún respaldo científico o que no son empleados en la fase correcta de la enfermedad. Coherentemente esta apuesta implicará también dejar de emplear las pruebas serológicas para la provisión de “permisos de trabajo”. En tercer lugar, se requerirá pensar en un mecanismo que permita implementar, en el muy corto plazo, una distribución masiva y periódica de mascarillas de calidad adecuada a toda la población aunada a una agresiva campaña de comunicación respecto de la importancia que reviste su uso y cuál es la forma correcta de usarlas. En el contexto de la actual crisis sanitaria su distribución gratuita y masiva se justifica por las enormes externalidades positivas que su uso genera. En esta tarea se requerirá involucrar a la sociedad civil, y al sector privado, a fin de identificar la forma más eficaz de alcanzar en el muy corto plazo una producción suficiente y una distribución de

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