Estrategias para reconstruir el país •301• Sección12 Conclusiones e implicancias para la política pública EN ESTE DOCUMENTO hemos hecho una reseña de cómo la COVID-19 ha puesto en jaque a la salud y a la economía peruana, manteniendo un dilema permanente entre priorizar la vida o la economía del país. Ante la aparición del virus en el país, frente al dilema, las autoridades priorizaron la vida, intentando reducir el ahora popular factor R, descrito con detalle en la sección 6 de este documento. Dada la fragilidad estructural del sistema de salud en el Perú, a la par que, lentamente hacían los esfuerzos para mejorar el sistema sanitario, apostaron por la reducción del factor β, a través del instrumento que, casi todo el mundo ha utilizado o utiliza: la cuarentena. La cuarentena consiguió reducir el factor R, desde su nivel superior a 3, a mediados de marzo, cayó ligeramente por debajo de 1 a fines del mes de junio. Pero, en los meses de marzo a mayo se produjo la caída más grande del PBI desde la guerra con Chile, con todas sus consecuencias sobre variables muy importantes como el empleo y la pobreza. El Gobierno tuvo que recular, optar por la economía frente a la salud, y se planteó la reanudación gradual de las actividades económicas. Es muy pronto para juzgar, pero el dilema ha reaparecido. Desde el fin de la cuarentena, con la reanudación de las actividades económicas en el mes de julio, el factor R se elevó ligeramente. Sin embargo, al momento de redactar este documento, mediados de octubre, el factor R ha iniciado un descenso al parecer irreversible, dada la alta proporción de la población peruana que ya habría sido infectada por la epidemia. Es una mala noticia para la política sanitaria del país porque la epidemia está controlándose casi sola, por la inmunización de una parte importante de la población. Es una buena noticia para la economía, pues las actividades económicas pueden reanudarse más rápidamente de lo que se pensaba, y la caída del PBI en este año puede ser menos
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