Debido al incremento en 120% de los costos de harinas convencionales para dieta animal, así como la menor cantidad de anchovetas disponibles para la elaboración de las mismas, y el impacto del sembrío de soya y maíz en la deforestación y pérdida de biodiversidad, granjeros de todo el mundo buscan un nuevo producto alimenticio para sus vacas, gallinas, peces, etc.

Por tal motivo, surgió en nuestro país el emprendimiento Kawát Perú, reciente ganador del premio PERUMIN Inspira, que encontró en un insecto, denominado Mosca Soldado Negra, la solución a las demandas de los productores pecuarios urgidos de un complemento proteico económico y seguro para sus animales, y así mantener a flote su único medio de ingresos.

En la reciente edición del Jueves Minero del IIMP, Uriel Torres, CEO de Kawát, explicó que el ciclo de vida del insecto es de 35 días y que el proyecto solo emplea las larvas por su alto valor de hasta 50%. Así, cada gramo de huevecillos produce 4 kg de larva, y esta última transforma cerca de 10 kg de residuos orgánicos, que es el material del cual se alimentan las larvas.

“La proteína del insecto mejora la tasa de conversión alimenticia, es decir, reduce los costos de producción para el productor pecuario que no puede acceder a las harinas convencionales obtenidas a partir de la anchoveta, maíz y soya. Además, su componente de ácido laurico estimula el sistema inmunológico del animal para que no enferme”, destacó el representante. 

Cabe precisar que la crianza y procesamiento del insecto se realiza en una planta ubicada en la comunidad nativa de Nueva Cajamarca, en la región San Martín, donde se acopian los residuos orgánicos provenientes de hogares, restaurantes y agroindustrias, se muelen y trituran, y posteriormente se depositan en jabas para el consumo de las larvas por un plazo prudencial.

“Gracias a su sistema digestivo súper eficiente para absorber los nutrientes de los residuos orgánicos, las larvas acumulan proteínas y grasas que luego nosotros extraemos para producir harina y abono. A esto le denominamos como tecnología de bioconversión y nos toma 12 días, en comparación con la técnica del compostaje, que demora entre 4 a 6 meses”, precisó.

Según Uriel Torres, con 1 kg de huevecillos de Mosca Soldado Negra se pueden procesar 25 toneladas de residuos orgánicos, y así generar 5 toneladas de larvas, con las cuales, mediante un proceso industrial, se producen 1,700 kilogramos de harina y 15 toneladas de abono. El objetivo a futuro es extraer también el aceite de las larvas para producir biodiesel. 

“Transformamos el 30% de residuos orgánicos equivalente a 500 kg cada semana. Igualmente, capacitamos a 125 personas sobre la tecnología de bioconversión para que puedan reproducirla en sus hogares, y así abastecer de alimentos a sus animales. Asimismo, ofrecimos 150 kg de nuestros productos a los vecinos a cambio de sus residuos orgánicos”, señaló.

Apoyado en evidencia científica, Uriel Torres resaltó que la harina de larvas de este insecto se sitúa como un excelente complemento proteico para la alimentación de cuyes con ventajas competitivas en sistemas productivos, así como también puede reemplazar a la harina de soya, pues otorga un mayor perfil nutricional y parámetros de calidad para una mejor carne animal.