2024-05-28Actividad de trascendencia históricaLima, 28 de mayo de 2024. En 1825, en la primera edición de El Peruano se publicó una nota sobre la riqueza de las minas de Cerro de Pasco, en una muestra de la importancia histórica de la actividad minera, en los albores de la República.En ese contexto, se publica el artículo “Minas Peruanas de Pasco”, como una muestra palpable de cómo la minería desde el inicio del Perú como República ya ocupaba un lugar importante en la opinión pública, por los beneficios que esta actividad acarrea para el desarrollo del país.A continuación, reproducimos el artículo completo:Las minas peruanas de PascoEl fuerte deseo que una gran parte de la comunidad ha manifestado recientemente de embarcarse en especulaciones mineras, en particular en aquellas destinadas a explotar las minas de América del Sur, ha suscitado en algunos de los diarios públicos severas críticas sobre lo que han calificado de "locura" o "insensatez" a dichos emprendimientos.No se niega que se han presentado al público algunos planes en los que las partes han arriesgado sus bienes, no trabajando las minas que han sido conocidas y probadas, sino buscando lugares donde se puedan encontrar minas.Las objeciones que se han formulado no han distinguido entre la naturaleza de esas especulaciones, sino que se ha dado por sentado injustamente que, como se han constituido muchas empresas, ninguna de ellas tiene posibilidades de hacer realidad las ventajas que ofrece. Sin embargo, se sostiene respetuosamente que sería más justo señalar los motivos por los que se rechazan determinadas especulaciones, que condenarlas todas porque algunas puedan ser objetables. Cada empresa minera debe ser evaluada por sus propios méritos, y por ellos y solo por ellos debe ser aprobada o rechazada, y no por las ventajas o defectos en comparación con otras que se hayan creado al mismo tiempo.Esto sería lo más justo, a menos que se sostenga que el capital británico, dirigido por la habilidad y la industria minera, sea intelectual en aquellas obras que han sido rentables incluso bajo la operación de la ignorancia y la indolencia españolas.Algunos de los diarios, sin embargo, han comenzado a hacer la distinción y prometen examinar los méritos de cada compañía y las perspectivas de ventaja que ofrecen, por la historia natural de los diferentes lugares en los que se propone operar; pero algunos otros han enviado sus anatemas contra todas las empresas sudamericanas y, por ninguna otra razón aún declarada, sino porque son "compañías mineras".La Pasco Peruvian Mining Company se encuentra entre las que, sin ningún sustento o causa asignada, han sido objeto de esta arrolladora censura. Un día después de su aparición fue condenada y se calificó de "locos" a quienes habían comprado sus acciones con 161 de prima. Se aducía, además, que "esto era imposible, o debían haberlo hecho los contratistas, o sus amigos inmediatos, para dar cierto esplendor al emprendimiento".Es posible que el corresponsal del periódico aludido haya escrito basándose en información errónea, o que haya juzgado a esta compañía por su conocimiento de otras; pero, sea cual fuere su motivo, sería difícil transmitir en tantas palabras una imputación más infundada.Con el fin de eliminar la impresión que esa imputación podría crear, y para colocar las bases sobre las que se ha formado la compañía en su luz adecuada, la siguiente declaración es presentada al público por un caballero que ha estado en Pasco, y ha tenido amplias oportunidades de juzgar la naturaleza, extensión y valor de las minas situadas en sus alrededores:"Esas minas están en el distrito de Yauricocha, en la provincia de Tarma, en el Perú, y distan unas cincuenta leguas de Lima. Según Humboldt, los españoles las conocían desde hacía mucho tiempo. En su Essai politique sur Nouvelle Espagne señala: ‘Las minas de Pasco, aunque peor trabajadas que cualquier mina de América, proporcionan anualmente cerca de dos millones de dólares. Para formarse una idea justa de la enorme cantidad de plata que la naturaleza ha depositado en el seno de esas montañas, es necesario recordar que el lecho de la tierra metalífera de Yauricocha ha producido en los últimos 20 años más de cuarenta millones de onzas de plata a pesar de que la mayor parte de los tajos no tienen más de 100 pies de profundidad, y ninguno de ellos ha alcanzado la profundidad de 400 pies’”.Añade, "que las minas de Yauricocha proporcionarían la misma cantidad de plata que las célebres minas de Guanaxato en México, si se construyeran máquinas hidráulicas. Estas podrían abastecerse con combustible procedente de los alrededores. El manto de plata de Yauricocha tiene 15,000 pies de largo por 7,300 de ancho".No se conoce la cantidad producida por estas minas en los primeros años después de su descubrimiento, aunque es probable que, debido al modo en que se trabajaban todas las minas, fuera insignificante durante mucho tiempo; pero es seguro que, a medida que se mejoraba el modo de trabajo, la cantidad producida aumentaba invariablemente.Hace algunos años, el Sr. Helmes, jefe de ensayos de las minas de Cracovia, fue enviado al servicio del Gobierno español como superintendente y director de las fundiciones de Perú. En una obra que publicó a su regreso, describe las minas de Pasco como inmensamente ricas en mineral puro; pero que se trabajaban con tal descuido e ignorancia, que eran comparativamente improductivas para la Corona de España.La mayoría de los propietarios residen en sus minas en la gran montaña de plata Yauricocha, a unas seis millas de Pasco. Yauricocha contiene una prodigiosa masa de mineral de piedra de hierro fina y porosa de color marrón, que en toda su extensión está entremezclada con plata pura.Esta piedra de hierro contiene nueve marcos de plata (de 8 onzas cada uno) por cada 50 quintales, de los cuales, sin embargo, el inexperto metalúrgico indio solo obtiene en el horno de cuatro a siete. Pero una argila metálica blanca friable en medio de la masa de mineral rinde de 200 a 1,000 marcos de plata fina por cada 50 quintales.El Sr. Helmes procede entonces a demostrar que, si esas minas fueran trabajadas con la habilidad adecuada, serían inmensamente productivas, y como prueba, afirma que en el año 1790, 4’272,000 onzas de plata y 48,304 onzas de oro fueron acuñadas en Lima, y que de esto la mitad era el producto de las minas de Pasco, y da como su opinión, que si Perú tuviera las mismas ventajas, podría por sí solo proveer anualmente cuatro veces más cantidad de oro y plata que México, que es menos abundante en esos metales preciosos.De los libros de la Tesorería Provincial de Pasco, se desprende que en los 10 años transcurridos hasta 1801, se fundieron en ese lugar 13,276 lingotes de plata, con un peso de 19’832,112 onzas. Desde el año 1801 hasta 1816, las minas siguieron explotándose a intervalos con diverso éxito. En este último año, algunos comerciantes españoles formaron una asociación para trabajarlas con la ayuda de máquinas de vapor traídas de Inglaterra. El éxito de esa empresa, y el valor que el Gobierno y las autoridades locales dieron a las minas, puede deducirse de los informes hechos al Virrey en Lima, por el Gobernador de la provincia de Tarma.Muchos de los que se habían dedicado a ellas, siendo españoles y apegados a la causa realista, se vieron obligados a abandonar el Perú y han dejado así una apertura favorable para el empleo del capital británico.Aprovechando esta oportunidad, se constituyó la Peruvian Mining Company. De su prospecto se desprende "que no es por la mera estimación general de las minas que la Compañía se ha formado, sino que ya ha asegurado contratos por un período prolongado de años, para algunas valiosas minas en las célebres alturas de Pasco, en el distrito de Yauricocha y provincia de Tarma que por sí solas serían suficientes para justificar su creación; y que las perspectivas que ofrecen estos contratos no solo son muy satisfactorias, sino que, además, la Compañía se ha asegurado la ayuda y cooperación de un caballero de gran honorabilidad, natural del Perú, que está íntima y oficialmente relacionado con las minas de Pasco y que tiene una gran propiedad en el negocio".Son hechos que hablan por sí solos; cualquier comentario al respecto sería totalmente innecesario. Si el relato es incorrecto o está sobrecargado, que se señale el error; pero si no se puede demostrar ningún error, sería injusto tachar la empresa de especulación infundada.Con el fin de animar a los hombres de empresa a emplear sus fondos y su genio emprendedor en el país, mencionaremos con frecuencia este asunto, exponiendo entonces la gran utilidad que podría producir a los especuladores la gran abundancia de metales preciosos, y la gran riqueza de nuestras minas, hasta ahora trabajadas de una manera muy rudimentaria.Fuente: The Times*Publicado en la primera edición del diario El Peruano en 1825.
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