Por: Juan Carlos Ortiz, vicepresidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú

En el Perú, la esperanza está centrada principalmente en su minería. Para este 2023, el Minem ha estimado la construcción de cuatros proyectos mineros, entre ellos Reposición Antamina, el más grande de este grupo con una inversión total de USD 2000 millones, que extenderá la vida útil de la operación de Antamina, en ocho años, manteniendo su producción.

Este es solo uno de los proyectos que viene desarrollando esta empresa minera que buscan ampliar la vida útil de su operación hasta el 2036. Su avance depende de la aprobación de una Modificación del Estudio de Impacto Ambiental detallado (MEIA-d), que Antamina presentó hace un año y que actualmente se encuentra en evaluación por el Senace y la ANA.

De concretarse Reposición Antamina, tendrá un significativo impacto en la economía nacional, cuyo crecimiento este 2023 se prevé entre el 2.6% y 3.1%, en el escenario más optimista. Esperemos que los vientos soplen a favor de este importante emprendimiento y del país, que tanto lo necesita en este momento.

De otro lado, saludamos y agradecemos la apertura que viene teniendo el actual gobierno para atender las demandas y preocupaciones del sector minero, pues consideramos muy importante el diálogo y la comunicación para revitalizar las inversiones mineras, como comentó recientemente Roque Benavides, en Conamin 2023. 

Una de las conclusiones de este evento, celebrado en Trujillo, es que contamos con los minerales necesarios para la transición energética que requiere el mundo, una brillante oportunidad para poner en valor nuestro portafolio de proyectos mineros (USD 53 mil millones), donde más del 70% son emprendimientos de cobre.

Como líder minero y segundo productor mundial de cobre, el Perú debe aprovechar este favorable escenario, ya que la cotización del metal rojo, nuestro principal producto de exportación, viene en ascenso y se mantendrá en esta tendencia debido a su alta demanda para la fabricación de tecnologías limpias.

Sin embargo, no debemos dormirnos en nuestros laureles, ni mucho menos perder el paso pues competimos con otros países con una larga tradición minera y nuevos competidores como el Congo, que también buscan beneficiarse con esta mayor demanda de cobre, que según estimaciones ascendería a más de 34 millones de toneladas para el 2050.

Lo que tenemos que hacer es sacar adelante los proyectos que ya tenemos listos, y enfocarnos en emprendimientos de envergadura como La Granja, El Galeno o Conga, entre otros, para retomar la senda del crecimiento. Por ahí viene la esperanza del país, pero desde luego todo ello implica concertar y trabajar en conjunto, entre Estado, sector privado y sociedad civil.

Finalmente, desde el gremio minero exhortamos a un mayor accionar para la formalización de pequeños y mineros artesanales, así como también a no bajar la guardia contra la minería ilegal en nuestro país, que no solo daña el medioambiente, sino que tiene efectos colaterales en nuestra sociedad.