Inversión que genera bienestar y desarrollo sostenible 105 La transición energética ya llegó y está avanzando rápido. En la última década, la presión ha sido intensa y va a continuar creciendo la demanda por cobre, dividida casi por igual entre China, el mundo desarrollado y el mundo en vías de desarrollo. Por el lado de la oferta, enfrentamos dificultades respecto de dónde ubicar unos $ 100 000 millones de inversión, antes que acabe la década. La demanda, por su parte, ha permanecido plana en los últimos 25 años, pero sin duda habrá crecimiento. En los próximos 25 años, la transición energética va a representar el 25% de toda la demanda de cobre refinado, lo que excluye el material secundario. Es decir, el 75% seguirá asociado a las formas tradicionales de la demanda. El 65% de demanda de China podría reducirse a 50%. ¿Qué está generando esa contracción en el consumo chino? Básicamente, que el sector construcción está llegando a un pico ahora, pero ello no significa que la demanda china vaya a reducirse completamente. En cuanto a la oferta, a nivel macro, las grandes tendencias son hacia un aumento importante en la cantidad de mineral producido en toda la industria, en razón de la mayor demanda. Latinoamérica ya es un productor predominante del mineral y, viendo los márgenes de ganancia por tonelada de cobre y los precios, sí hay una ventana para las extensiones. El desafío se ve más complejo cuando vemos la velocidad con la que se aprueban los proyectos: seguimos retrasados. Una inversión de $ 15 000 millones es probable, pero si hablamos de más de $ 20 000 millones, el tema se complica para la industria. Hay que tomar acción ahora. Si vemos las fuerzas con las que se compite, se observa que muchas de las fusiones y adquisiciones han ido a operaciones existentes.
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