Inversión que genera bienestar y desarrollo sostenible 181 El proceso de transición a energías renovables en Chile es interesante. En temas energéticos Chile tiene estructuras similares a las de Perú, no obstante, existen también notables diferencias, sobre todo, por el gas. El cambio en Chile fue notable a partir del día en que se liberó a la energía renovable de los pagos por transmisión. Desde 2013 la presión por cero emisiones ha sido tal que tornó imposible aprobar otro tipo de proyectos que no fuera de energías renovables. El tema costos impulsó asimismo que se facilitaron permisos y se construyeran plantas solares y eólicas. Las proyecciones muestran que, casi sin incentivos, Chile está en un 40% a 50% de energía renovable y apuesta a llegar al 90% o 100% en el 2050. Chile no tiene gas y tampoco carbón. En esta perspectiva de desarrollo, surgió un problema de transmisión: el consumo estaba principalmente en el centro del país, y las plantas se instalaron en el norte y sur; así que, aun cuando los costos de generación renovable eran bajos, se pagaba más por la transmisión. Ello determinó una sensación de fracaso respecto de los renovables, que personalmente no comparto porque, a medida que se siga creciendo, el costo marginal va a ser cero. Dado que hay energía que en el día cuesta prácticamente cero, pero en la noche es muy cara; en Chile se está pensando en almacenamiento. La mejor solución del gobierno no es mover la energía del norte al sur, sino del día a la noche, a través del almacenamiento. Ya se ha lanzado un paquete de medidas que apuntan a ello, pero considero que Chile no debe tratar de hacer con el almacenamiento lo que hizo con las líneas, es decir, trasladar el tema de costos al cliente.
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