Inversión que genera bienestar y desarrollo sostenible 269 Países como Perú y Chile tienen muchos recursos minerales y oportunidades para aumentar su producción de minerales críticos. El desafío radica en cómo atraer a los inversionistas, reducir el tiempo para descubrir yacimientos, aprender lecciones, y afrontar el tema de manera colaborativa con el Estado y la academia. Al 2050 se calcula que se requerirán entre 500 millones y 1 000 millones de toneladas de cobre, además de otros 30 minerales necesarios la transición energética global. Dado que actualmente un proyecto puede tardar en producir entre 7 a 15 años, para abastecer esa demanda se necesita investigar cómo producir estos minerales con eficiencia energética y recursos humanos calificados en temas tecnológicos. La tasa de descubrimientos de minerales críticos ha bajado. En el caso del cobre, el 35% de estos proyectos son inaccesibles por limitaciones ambientales o de profundidad. Si bien es prioritario tomar en cuenta los criterios ESG, si el gobierno no apoya con la reducción de los trámites ambientales, no se podrán cumplir los plazos para aprovechar la demanda de minerales críticos. Australia, como Canadá, se está alistando para este desafío implementando una Estrategia de Minerales Críticos 2023 – 2030, basada en acelerar la fase de desarrollo de los proyectos, agilizar permisos, mejorar la confianza de los inversionistas, diversificar la economía y mejorar el potencial exportador, a fin de que su industria minera cumpla con las expectativas de mercados internacionales. En el nivel de entidades geológicas, institutos y universidades, en Australia se buscan soluciones de manera conjunta. La Universidad de Queensland, por ejemplo, cuenta con proyectos diversos enfocados en desarrollar yacimientos de minerales de cuerpo complejo y en la búsqueda de recursos para la descarbonización. Además, existen iniciativas para reutilizar el material de sitios de relaves, lo que constituye un gran desafío tecnológico.
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