sidades. Desde entonces, se realizan aqu actividades mineras sin perjudicar el desarrollo social y cultural de los pobladores, pero sobre todo cuidando el medio ambiente. Mientras la señorita narraba su historia, Yessica recordó lo que sus padres le dijeron y exclamó: —¿Cómo no me di cuenta? ¡Estoy en el futuro! Entonces, nuevamente echó a correr con desesperación hacia la casa abandonada, ingresó r pidamente y deseó con todas sus fuerzas regresar a su casa junto a sus padres. De pronto, una luz radiante invadió nuevamente la casa abandonada y al salir echó a correr, sin importarle que sus amigos la estaban esperando. Al llegar a su casa, todo estaba igual como antes y los padres de Yessica la estaban esperando. LA TIERRA Y SUS MINERALES 146
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