199 SANTIAGO Y EL CERRO MÁGICO que eran importantes, pues gracias a ellas no se pasaba hambre en el pueblo, adem s en ese tiempo las vaquitas y los corderitos empezaban a tener sus cr as. Pasaron tres meses y todo lo que hab an sembrado no germinaba, no vean las plantitas salir del suelo y esto les dio mucha tristeza a los pobladores, pues sin una buena cosecha no tendran vegetales ni frutas para comer. Ms adelante notaron que los animalitos que hab an nacido no estaban fuertes y uno a uno empezaron a enfermarse y a morir. Ellos no saban cómo curarlos, pues en ese lugar no hab a medicinas para los animales, era un pueblo pequeño y muy alejado de la ciudad. Los ancianos y niños tambi n empezaron a enfermarse. Esto preocupó m s a los pobladores, no sab an cómo salvar las frutas y vegetales que haban sembrado y mucho menos cómo curar a las personas y a los animalitos. Santiago segu a llevando a pastear a los pocos animalitos que le quedaban pues muchos se haban enfermado y muerto. Sus conversaciones con los cerros eran de dolor y muy emotivas. Santiago se desahogó llorando por todo lo que estaba pasando en su pueblo y con l grimas en los ojos mirando al cerro m s grande le preguntó: —¿Por qu se mueren mis vaquitas?, ¿por qu no brotan los cultivos en mi chacrita? Mis abuelitos est n enfermos. ¿Por qu nos est pasando todo esto?
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