Libro La Tierra y sus minerales

Él reclamó esperando una respuesta. De pronto, escuchó una voz gruesa y tranquila que le dijo: —Amigo Santiago durante meses me has hablado como nadie nunca lo hizo en este pueblo, eso me hizo sentir que no estaba solo, pues aunque muchas personas viven, pastean sus animales y siembran en mis tierras me ignoran, eso me pon a muy triste, hasta que llegaste t y me hizo bien escucharte. Santiago se paralizó, estaba muy sorprendido, no se pod a mover por el miedo, el cerro continuó diciendo: —No temas, soy tu amigo y te ayudar . Escucha bien lo que te voy a decir: mañana vendr s temprano con una lampa y un pico, cerca de donde pasteas tus vacas, ver s un rbol azul, justo all escarbar s y la tierra que encuentres debajo del rbol te la llevar s, la pondr s en un frasco y esperar s hasta el d a siguiente. Luego, ver s que se habr convertido en polvo, eso lo vas a rociar sobre la comida de tus animales y ver s cómo se curan. Santiago, aún con miedo, tomó valor y se atrevió a preguntarle: —¿Cómo es posible que con solo tierra en un frasco se puedan curar mis animales? El cerro grande le respondió: LA TIERRA Y SUS MINERALES 200

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