Gustavo le suplicó que no lo hiciera, sin embargo, el extraterrestre estaba convencido de hacerlo. As que Gustavo le propuso demostrarle lo importante que eran esos minerales para su pueblo y que la gente los utilizara correctamente. El extraterrestre aceptó, pero con la condición de que si Gustavo no lograba cumplir con lo acordado, se llevar a todo hacia su planeta. Gustavo fue corriendo a su casa y contó lo sucedido a su familia, pero al escucharlo todos se burlaron de l y no le creyeron. Los vecinos tambi n se enteraron de lo que dijo el niño, sin embargo, nadie le creyó. Al principio Gustavo se sintió triste, pero a pesar de todas esas burlas decidió intentarlo una vez m s. Un d a, Gustavo se paró en la plaza y empezó a contar lo que pasar a si no hac an algo en reLA TIERRA Y SUS MINERALES 224
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