Libro La Tierra y sus minerales

—Pero eureka no decan las lombrices piratas cuando encontraban tierra —manifestó Endogea quien no pudo terminar su oración, por segunda vez, debido a que se quedó paralizada viendo una inmensa bola en el cielo que le iluminaba todo el rostro. Confundida, Epigea afirmó: —Nunca pens encontrarme con esto. —¿En verdad esa bola tiene vida?, ¿as estaba descrita en el mito que leste Epigea? —le preguntó Endogea con un tono tembloroso. Luego de arrastrar su cuerpo por completo de un agujero, Epigea exclamó: —S , pero estoy aún m s confundida. —¿Acaso la bola gigante habla? —le preguntó Endogea con la mirada asustada. Epigea le respondió: —No lo s . Es la primera vez que logro apreciar a este señor o señora. Con tristeza y la cabeza agachada, Endogea señaló: —Creo que tu pap ten a razón. Decepcionada, Epigea le dijo: —¿Cómo es que le dio la respuesta a esa LA TIERRA Y SUS MINERALES 312

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