345 EL DUENDE EGOÍSTA El duende contaba cada da sus metales, sus diamantes, su oro y todo lo que iba encontrando para que nada se le perdiera, miraba a todos lados y desconfiaba hasta de las rocas que hab a dentro de las minas, no quer a que nadie lo vea entrar ni salir para que no se enteren donde quedaba ese lugar lleno de tesoros. Un d a, unos mineros llegaron hasta su mina y la encontraron llena de rocas que no les dejaban pasar, as que trataron de sacarlas, el duende al darse cuenta salió muy molesto y enfadado, entonces, se encontró con los mineros y les dijo: —¿Qui n est sacando mis rocas? ¡Nadie entra a mis minas! ¡Yo soy el dueño de estas minas que son solo m as! Los mineros se sorprendieron al ver al duende y quisieron sacar las rocas por la fuerza, entonces, para defenderse, el duende llamó a los ogros y estos aparecieron para colocar m s y m s rocas y ayudarlo, as que los mineros para alejar a los ogros tuvieron que prender todas sus antorchas y este fuego asustó a los ogros quienes al verlo se alejaron y huyeron muy asustados. El duende desesperado llamó a sus amigas las hadas y ellas empezaron a lanzarles muchas piedras a los mineros, todas las rocas que encontraban y algunos metales mientras escondan y desaparecan con su magia las riquezas del duende para que los mineros no las encontraran.
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