Libro La Tierra y sus minerales

—¡Ya! ¡Apúrate! ¡No tenemos todo el d a! Samuel se hab a sentido mal por eso, pero comprendió que tenan un tiempo determinado para comer y eran muchos trabajadores. En la misma rutina de aprendizaje y realizando sus labores, cuando haban pasado cerca de 11 das, en un turno de noche, se despertó de lo m s normal y se alistó para el trabajo, se puso sus EPPS, y se fue al comedor a cenar. Todo estuvo tranquilo hasta ese momento. Sin embargo, cuando se encontraba al interior de la mina, escuchó un sonido como si una piedra se hubiese ca do, volteó y le preguntó a su compañero Jhonny si hab a escuchado o visto algo y l le respondió: —No nada, tranquilo quiz s es tu imaginación. Pero Samuel ya desconfiaba. Esa noche estuvo muy alerta de cada detalle que suceda dentro de la mina, as tambi n tem a un posible deslizamiento de rocas. Pasaron los das y Samuel completó su primera guardia en mina con mucho m s confianza y experiencia en sus labores. Haba llegado el momento de salir de das libres y reencontrarse con su mamita a la que tanto extrañaba. Antes de llegar a su casa, realizó unas compras para sorprenderla. Cuando llegó a su hogar, la mam de Samuel se alegró much simo y no pudo evitar derraLA TIERRA Y SUS MINERALES 366

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