Libro La Tierra y sus minerales

mar unas l grimas al ver a su hijo despu s de m s de un par de semanas que para ella fueron como un año. Samuel sacó de su maleta todos los regalos que le hab a comprado a su mam con su primer sueldo. Para l ver feliz a su mam no ten a precio, y esos momentos no los cambiaba por nada en el mundo. Cuando Samuel tena das libre con su mam , le contaba todo lo que haba visto y disfrutado en su trabajo. Y le deca que recordaba siempre las palabras de su padre, haciendo referencia a no dejarse derrotar frente a cualquier adversidad. Hasta que, mientras caminaba para dirigirse a otro punto, vio una pequeña criatura y se asustó, se quedó paralizado, se trataba del famoso muqui. —Samuel no te asustes, no te har daño — le dijo el muqui. Samuel le preguntó: —¿Qui n eres? El muqui, con una voz segura y gruesa, respondió: —Yo soy un simple cuidador de las riquezas de la Pachamama, nuestra madre tierra, la gente me conoce como muqui, no soy malo, solo que me gusta jugar y cuando juego a veces ocasiono accidentes sin querer, pero a veces si lo hago con intención. A todo esto, no te he dicho mi nombre, soy El as. 367 LA RECOMPENSA DEL MUQUI ELÍAS

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