Libro La Tierra y sus minerales

—¡Que as sea, hijo!, una escuela es lo que se har , as nuestros niños y jóvenes no tendr n que caminar 4 kilómetros, sorteando diversos peligros. Todos se organizaron, la maestra se comprometió a traer un equipo responsable, honesto, respetuoso y con conocimiento tecnológico para que la extracción del mineral no dañe al gran rbol y a la naturaleza de la comunidad. Y por el otro lado el pap de Santiago se comprometió a iniciar la construcción de la escuela, junto con los dem s pobladores. Es as que, desde entonces, la comunidad de Qurisach’a se puso manos a la obra para lograr su cometido. Santiago, a solas, se acercó al gran rbol de eucalipto para contarle todo lo sucedido. Se quedó en silencio pensando en su abuelo y le dijo: —Ahora, entiendo esas palabras que le decas a mi abuelo: “La tierra que pisas es sagrada y guarda en su interior el sueño de los m s jóvenes que son el futuro de la comunidad”. FIN 49 QURISACH’A Y UNA NUEVA OPORTUNIDAD

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