guir buscando el oro, quiz era mejor olvidarse de l. Empezó a llorar a c ntaros hasta que toda su casita empezó a inundarse, pero no le importó. De pronto, su sof hecho de tierra empezó a convertirse en barro, hasta su chullito se ensució, fue ah cuando miró al suelo y encontró una pepita de oro que hab a quedado al descubierto. Enrique no pod a creerlo, su objetivo estuvo siempre en su casita, quiz era el momento de cambiar de lentes —o trabajar en la mina— y valorar todo lo que nuestra maravillosa tierra nos da. Y charaqu n characato este cuento ha terminado. 53 ENRIQUE EL TOPO: EN BUSCA DEL ORO PERDIDO FIN
RkJQdWJsaXNoZXIy MTM0Mzk2