mirado algunas veces se quedó inmóvil como una brisa. Y en otras les jugaba bromas a los caminantes haci ndoles correr en busca de sus sombreros. Al cabo de un tiempo, llegaron a un pueblo llamado Ilabaya en Tacna, cuando de pronto, F lix, a pesar de ser el viento, sintió hambre volvi ndose humano y aterrizando en una chacra de or gano. All conoció a Roberto, el dueño de la chacra, quien se mostró muy amable ofrecindole comida y agua, pues notó que el joven era un forastero. F lix comió agradecido y, en medio de la conversación, Roberto le preguntó al viajero si trabajaba en la mina de cobre, pues su vestimenta era parecida a la de un obrero minero. —¿Cobre?, yo soy un pallaquero de borato —respondió F lix con una sonrisa. Adem s, añadió: —¿El cobre es un mineral? —Claro que s —respondió Roberto—. Es un recurso con el que nuestra madre tierra nos bendice, la explotan en la mina Toquepala. F lix, muy animado, decidió viajar hacia la mina llamando a la Quchamama y despidi ndose de su amigo se pusieron en marcha. R pidamente, llegaron al socavón, all fueron sorprendidos por la belleza del mineral. “¡As que esto es cobre!”, admirado pensó LA TIERRA Y SUS MINERALES 60
RkJQdWJsaXNoZXIy MTM0Mzk2