Libro La Tierra y sus minerales

Al llegar, divisó a unos trabajadores discutiendo entre ellos, pues pensaban que uno al otro se hab an escondido sus pertenec as. F lix r pidamente se acercó como un fuerte viento y asustó a los mineros, los cuales como señal de advertencia dejaron de discutir. M s all vio al malicioso Auquichu avergonzado por la broma que hizo, enseguida le preguntó por qu se sent a as , este le dijo que antes no le causaba daño a nadie, pero que, al vivir solo tanto tiempo en las montañas, se volvió burlón y malicioso. Adem s, le contó nost lgicamente sus recuerdos de los pobladores del antiguo Per y cómo usaban el oro para vestir a sus l deres o señores, tambi n cómo creaban hermosas piezas de orfebrera en las cuales l era un ser respetado y querido por aquellos pueblos. Y que actualmente, eso ya no suceda, pues solo se haba convertido en un mito de minas. F lix abrazó al pequeñn y le prometió que siempre caminar a a su lado, ofreci ndole las aventuras m s increbles a lo largo de nuestro Per . Despus de aquella conversación tan nost lgica y amical, juntos se pusieron a explorar la mina, sus ojos se admiraron por los colores de la cueva, principalmente por el color dorado que vieron dentro del socavón. Es en ese momento, cuando F lix pensó en el motivo del viaje al cual lo envió la Quchamama, solo entonces comprendió que nuestra tierra llena de recursos contribuye a un buen vivir para los pueblos que existieron antes y los de ahora. 63 FÉLIX Y LA QUCHAMAMA

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