87 EL PEQUEÑO CHIGUANCO Y LOS QUISPE FLORES Luego su madre lo llamó para desayunar y el chiguanco sin importarle la pregunta por lo emocionado que estaba le dijo: —Mamita por primera vez aprecio y valoro el regalo de la naturaleza y ¿qu desayunaremos? —Hijo m o prepar pepitas de guayaba con gotas de agua de manantial —respondió su madre. Nada contento el pequeño chiguanco reclamó airadamente a su mam : —¡Yo quiero mis sabrosas lombrices y mis gotas de lluvia! A lo que su madre le respondió un poquito molesta: —¡Hoy no habr lombrices ni agua de lluvia, y no hagas tanto esc ndalo que los Quispe Flores nos descubrir n y echar n de nuestro hogar! Despu s de desayunar el pequeño chiguanco le preguntó: —¿Y dónde est pap ? Su madre le respondió: —Apenas amaneció, pap fue en busca de comida. Entonces, el chiguanquito se sintió muy apenado por el berrinche que haba hecho.
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