Finalmente, llegó el padre herido y su familia lo recibió con l grimas en los ojos, fuertes abrazos y besos. La unión y el amor lo curaron todo, el papito prometió a su familia que no arriesgar a su vida trabajando en el cerro sin los cuidados necesarios y que buscara otro trabajo. Su hijito le dijo: —Yo ser un profesional y trabajar en el cerro sacando las pepitas que brillan como el sol y las que no brillan tanto, pero lo har con todos los cuidados para la vida humana. Cuidando a los animalitos, las plantitas, el suelo, el agua y el aire, as progresar mi familia y mi querido Per . El chiguanquito se emocionó tanto que salió de su escondite y voló por toda la cocina de sus amigos que no lo conocan, los Quispe Flores se sintieron muy felices con la presencia del chiguanquito, para ellos fue la señal del cambio para una vida m s bonita y feliz. 91 EL PEQUEÑO CHIGUANCO Y LOS QUISPE FLORES FIN
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