101 100 La Tierra y sus minerales Cajamarca Cierto día, en la comunidad de Moyán Alto, José llevaba el fiambre a su papá, quien se encontraba trabajando en la minería, cerca del cerro Algamarca. Al pasar por un lugar llamado “La Tranca del Agua”, encontró una pavita de oro con sus crías, hermosas y brillantes, que gritaban: “¡Fiiuuu… Fiiuuu… Fiiuuu… Fiiuuu!” mientras corrían de un lado a otro, impidiéndole el paso. José miró hacia atrás, y al no ver a nadie, quiso coger a la pavita para llevarla a su casa. Pero, cuando intentó atraparla, la pavita desapareció. José La pavita de oro Ariana Ponce Julca Institución Educativa N° 82315 Moyán Alto continuó su camino hacia donde estaba su papá para entregarle el fiambre, y allí le contó lo que había visto en el camino. Su padre, intrigado, compartió la historia con todos los trabajadores. Poco tiempo después, decidieron trabajar en el lugar donde José había encontrado a la pavita de oro. Al llegar a 200 metros de profundidad, escucharon una voz que decía: “Si necesitas la pavita de oro, dame a cambio a tu hijo”. Asustado, el padre salió corriendo y fue a contarle a su familia lo que había escuchado. Tras discutirlo, decidió regresar al mismo lugar para pedir un cambio en la ofrenda. Ante la petición del padre, la voz respondió pidiéndole que ofrendara a su esposa. Una vez más, el hombre salió asustado y regresó a su casa para contar lo sucedido. La familia decidió que él debía regresar una vez más al cerro de Algamarca para negociar. La pavita de oro
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