143 142 La Tierra y sus minerales Pero un día, Sandra y Fiorella iban de paseo y corrían más de lo normal. De pronto, ocurrió algo sorprendente: se perdieron. Cuando se dieron cuenta, estaban muy lejos de su casa. Como ya estaba oscureciendo, no podían orientarse y empezaron a sentir miedo. Aun así, siguieron caminando hasta que llegaron a un lugar rocoso y misterioso que llamó su atención. Para su sorpresa, era una cueva. Se asombraron mucho, pero les dio miedo entrar. Decidieron regresar a buscar a Camilo para que las acompañara y, así, explorar juntos la cueva. Al llegar a casa, le contaron a Camilo lo que habían visto. Entonces comenzaron a preparar todo lo necesario para la gran aventura. Entre los materiales que iban a llevar estaban: un pico, un hacha, una pala, un casco, una linterna, una cuerda, un costal y una pequeña mochila de emergencia. Con todo alistado en un bolso, se marcharon a la emocionante expedición. Caminaron y caminaron hasta llegar otra vez a la cueva. Al ver la entrada, Camilo se sorprendió por lo inmensa que era. Los hermanos entraron y caminaron por los túneles de la cueva. De repente, pararon para descansar y, al mirar a su alrededor, se maravillaron con todo lo que estaban encontrando: oro, diamantes, hierro, esmeraldas, rubíes y muchas piedras preciosas. Se emocionaron mucho y comenzaron a picar y picar. Llenaron un costal con muchas piedras preciosas y se marcharon. Con las piedras vendidas, donaron el dinero al orfanato donde se habían criado, y el resto lo invirtieron en proteger las cuevas para que personas malintencionadas no dañaran ni contaminaran el ambiente. Al ver a todas las personas alegres, los hermanos se sintieron muy contentos por todo lo que habían logrado y vivieron felices por lo que hicieron con su descubrimiento. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado. Un pueblo llamado valentía
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