Libro La Tierra y sus minerales | Segunda edición

163 162 La Tierra y sus minerales deteniéndose de pueblo en pueblo para preguntar si alguien deseaba trabajar en su mina. Sin embargo, todos los pobladores se negaron, ocupados en otras labores, hasta que llegó a la montaña Mismi, en la cordillera de los Andes. Después de viajar por varios pueblos, llegó a Santa Lucía, donde ofreció trabajo a los campesinos: —Señores, ¿no quisieran trabajar en mi mina y ganar más dinero? El zorro Peter le respondió: —¿Cómo puedes pedirnos que te ayudemos? ¿Acaso no ves cuánto daño hacen tus minas? ¡Mira el agua sucia que va a nuestros cultivos y daña nuestros alimentos! —Yo no sabía nada de eso, de verdad —contestó Lucas, sorprendido. La oveja María, incrédula, le replicó: —Mientes, solo te interesa tu dinero. Al ver que nadie quería trabajar para él, Lucas, triste, se fue a la plaza y se sentó a llorar. Justo cuando estaba a punto de darse por vencido, se le acercó un cóndor llamado Stuart, quien, al verlo tan abatido, le preguntó: —¿Por qué estás tan triste? —Es que nadie quiere trabajar conmigo —le respondió Lucas. —¿En qué quieres que trabajen? —le preguntó Stuart. —En mi mina, que se derrumbó. Quiero revivirla, pero dicen que contamina, algo que yo desconocía. Stuart, sorprendido, le dijo: —¿Contamina? Yo soy ingeniero en seguridad ambiental y estoy buscando trabajo. Puedo ayudarte. Has caído como anillo al dedo. Lucas, con esperanza y alivio, exclamó: —¿De veras? —Claro, puedo hacer que tu mina deje de contaminar, y así los campesinos podrán trabajar en ella —le aseguró Stuart. Una nueva vida

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