165 164 La Tierra y sus minerales Entonces Stuart y Lucas regresaron junto a los campesinos y les explicaron cómo cambiarían las cosas, y cuánto mejoraría su pueblo. Los pobladores, al notar la sinceridad en las palabras de Lucas y Stuart, decidieron darles una oportunidad, conscientes de que también se la estaban dando a sí mismos, pues tenían muchas necesidades. Así, los pobladores como Peter el zorro, María la oveja, Óscar el caballo, Susana la venado, y muchos otros agricultores emprendieron el viaje hacia la Amazonía, dejando a sus familias con la esperanza de encontrar una mejor calidad de vida. Al llegar, comenzaron el arduo trabajo. Stuart los capacitaba, explicándoles qué debían y qué no debían hacer. Junto a otros ingenieros, revivieron la mina de Lucas, legalizándola y cumpliendo con las reglas: no contaminar, no intervenir en territorios protegidos y no perjudicar el hábitat de los animales ni de las plantas. Después de dos intensos meses de trabajo, la mina ya estaba en funcionamiento, produciendo cobre, hierro y coltán gracias al trabajo de los campesinos que se habían transformado en mineros. Entonces Lucas, el jaguar, se dirigió a sus trabajadores y les dijo: —Estoy muy agradecido con todos ustedes. Al derrumbarse la mina y salir en busca de ayuda, me di cuenta de que no estaba haciendo las cosas bien. Ahora, todo ha cambiado; estamos progresando juntos, trabajando en regla. Además, quiero que vayan a ver a sus familias, pues son sus días de descanso. Ahora trabajaremos catorce días y descansaremos siete, para estar más cerca de nuestras familias. Al día siguiente, todos los mineros emprendieron el viaje de regreso a Santa Lucía y a otros pueblos. Cuando Peter, Susana y María llegaron, se sorprendieron al ver que todo estaba cambiando: la plaza había sido remodelada, se construía un centro de salud y casitas de concreto. Todo mejoraba, como lo había prometido Lucas, el jaguar: “El progreso era para todos”. Al final, los hijos de los campesinos, ahora mineros, disfrutaban de un parque de juegos, una escuelita y un salón donde aprendían robótica y manualidades. Vivían felices. ¿Quieren saber quién es Lucas, el jaguar? —Soy yo. Esta es mi historia. Aprendí que un problema tiene solución, y que si nos ayudamos, “todos progresamos”. Una nueva vida
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