Libro La Tierra y sus minerales | Segunda edición

189 188 La Tierra y sus minerales mineral. En cambio, el campesino encontró su primera pepita de oro. Contento, se fue a casa, aunque se preocupaba porque sola era una pepita. Al llegar el día pactado, ambos hombres se encontraron. El hombre rico, malhumorado, pateó una piedra, revelando su frustración. Por su parte, el campesino, contento, mostró su pepita de oro, aunque en su interior seguía preocupado, pues no alcanzaría para tratar la enfermedad de su querida hija. El hombre rico le preguntó: —¿Cómo lo hiciste? El campesino sabio le respondió: —Agradecí a la naturaleza por todas sus bendiciones con un pago a la Pachamama, usando los mejores productos. El hombre rico le pidió que le enseñara. El campesino, amablemente, le explicó: —Necesitas conseguir coca, vino, los mejores dulces y otros productos de calidad. Luego, los quemas y oras, agradeciendo a la naturaleza por todo lo que nos da. El hombre rico, complacido, fue a comprar todo, pero no se preocupó en buscar los mejores productos. Llegó a la mina, quemó su ofrenda y, apenas terminó de agradecer a la Pachamama, comenzó a buscar oro. Pero, por más que lo intentó, no encontró nada. Furioso, buscó al campesino. Al llegar a la casa del campesino, lo encontró llorando desconsoladamente. Su hija no podía tomar los medicamentos que el doctor le había recetado, y si la situación continuaba, podía morir. Al darse cuenta de que estaba siendo observado, el campesino secó sus lágrimas y salió al encuentro del hombre avaro y egoísta. Grande fue su sorpresa cuando este le propuso trabajar juntos, combinando su sabiduría ancestral con toda la logística que tenía. Sin pensarlo dos veces, el campesino aceptó, con la condición de que se respetara la naturaleza y se preservara la vida. Desde ese día, ambos hombres se convirtieron en los mejores socios. Encontraron mucho oro, siempre cuidando a la Tierra. El campesino volvió a sonreír porque su hija mejoró, su familia prosperó y, con ella, todo el pueblo. Colorín colorado, este cuento se ha terminado. ¡La minería responsable es tarea de todos! Los dos hombres y la pepita de oro

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