Libro La Tierra y sus minerales | Segunda edición

297 296 La Tierra y sus minerales Días después, la enfermera que atendió a Juanito, llamada Camelia, llegó a la casa con noticias aún más trágicas. El pequeño había fallecido por la gran cantidad de plomo acumulada en su sangre y órganos. Este mineral había deteriorado casi por completo sus pulmones, así como su hígado, riñones y otros órganos vitales. En otras palabras, el niño llevaba sufriendo mucho tiempo antes de fallecer. Esta noticia fue devastadora para toda la familia. Dado que los demás hijos también comenzaron a presentar los mismos síntomas, los padres solicitaron ayuda para averiguar cómo ese mineral había llegado al organismo de sus hijos. Gracias al reporte de la enfermera y la gravedad del caso, las autoridades y algunos especialistas llegaron desde la ciudad de Huánuco. Realizaron exámenes de suelo, agua y de los productos que consumía la familia. Después de una larga espera, los resultados revelaron que el agua que bebían provenía de la falda de la mina Vinchos. Esta mina, relativamente nueva, había sido adquirida por una empresa china dos años antes y era explotada desde un año y medio antes de la muerte de Juanito. La mayor contaminación caía a un pequeño riachuelo en la falda de la mina que, kilómetros más adelante, llegaba directo a la casa de don Julián. Al conocer la desgracia de esta familia, los pobladores se acercaron a los representantes de la mina para exigir una compensación por el daño ocasionado. Sin embargo, estos no hicieron caso y continuaron explotando los minerales, contaminando el suelo, el agua y acabando con la flora y fauna cercanas. Mientras tanto, la situación de la desdichada familia empeoraba. Tenían que caminar kilómetros para conseguir agua potable, ya que la suya estaba contaminada. Los niños presentaban anemia y los adultos sufrían de dolores musculares y articulares. Si la situación continuaba así, no sobrevivirían mucho tiempo. Sin los recursos necesarios para mudarse, se vieron atrapados en su propio hogar, construido tras años de arduo trabajo. Un mes y cinco días después, la contaminación comenzó a afectar a otros hogares. Los niños padecían problemas estomacales, respiratorios, vómitos y otros síntomas causados por la intoxicación con cobre, un mineral que puede ser letal. Los adultos, por su parte, presentaban problemas renales, producto de la intoxicación con uranio. Además, el suelo Desplazados por la muerte

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