Libro La Tierra y sus minerales | Segunda edición

309 308 La Tierra y sus minerales —¡Me encantan! —respondió él. Entonces la niña le regaló una piedra brillante como los rayos del sol. —Es parte del corazón del cerro, cuídala —dijo la niña. Inti guardó la piedra y agradeció profundamente. Al llegar a casa, dijo emocionado: —¡Mamá, quiero ser ingeniero para estudiar esta piedra tan preciada! Una tarde, se encontró con su amigo Giuseppe, quien, contento, le contó que su maestra les había dejado la tarea de recoger algunas piedras de la zona. —¡Lo que a ti te encanta buscar en el cerro! —gritó entusiasmado. A la mañana siguiente, Inti fue a la escuela. Saludó a la maestra, a los ingenieros y a los geólogos que habían sido invitados. —¡Buenos días! —dijo al entrar con Giuseppe. Mostró a los ingenieros y a la maestra su piedra, que brillaba como los rayos del sol. Entonces uno de los geólogos le explicó que esa piedra era oro y también contenía cobre. —¿Dónde la encontraste? —le preguntó el geólogo. Inti, con timidez, respondió: —La hallé en el cerro de Chipmo. Al final, la maestra le explicó que esos minerales eran valiosos y objeto de estudio por parte de los ingenieros y geólogos. Gracias a ellos, el pueblo de Orcopampa recibía apoyo económico, salud y educación. Desde entonces Inti llamó a su pueblo “Inti hina k’anchariq”. Inti y los colores de la Tierra

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