Libro La Tierra y sus minerales | Segunda edición

323 322 La Tierra y sus minerales El Cobre, con su espíritu trabajador y tenaz, no se rindió y comenzó a abrir camino. El Cuarzo, con su sabiduría espiritual, se conectó con la energía de la Tierra y envió ondas de paz a los minerales atrapados. El Azufre, con su humor y optimismo, animaba a todos, recordándoles la importancia de trabajar juntos. Inspirados por el ejemplo de sus amigos, la Magnetita utilizó su poder magnético para atraer las rocas y ayudar a despejar el camino. Al Oro ya no le importó perder su brillo dorado y se ensució cargando rocas para colaborar. El Talco, asustado, se desmoronó en polvo, pero con el apoyo emocional de sus amigos, recobró la calma y comenzó a sonreír nuevamente. Trabajando juntos, lograron superar los desafíos y salir de la mina (el Talco salió en una bolsita). El Oro, avergonzado por su actitud pasada, se disculpó con los demás minerales. Aprendió la importancia de la humildad y el respeto, y reconoció que todos los minerales tienen un valor especial. La verdadera riqueza, descubrió, está en la amistad sincera y en lo que uno es en el interior. Los demás minerales lo abrazaron y le aseguraron que lo querían mucho, y que su amistad duraría para siempre. La fiesta de los minerales

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